jueves, 4 de diciembre de 2008

Gooticos y Visual

Cuando se los ve desde un "afuera", el prejuicio los etiqueta: darks, satanistas, neopunkies, chicos antisistema. Cualquiera que pase una tarde de sábado por el Palacio Pizzurno reparará en las chicas encorsetadas, en las que pasean vestidas de animé japonés, en las que sólo esperan montadas en botas eternas de plataforma y mil hebillas. Son tribus urbanas que desde afuera parecen homogeneizadas por el color negro. Tribus que comparten sólo un ritual: el encuentro. Enfundada en un corset, mangas de red, puntas de pelo violeta, una hoja de afeitar colgada del cuello. Aquí la ropa tiene lenguaje propio. Colegio privado, futura médica forense, Valeria se define "gótica". Jura que no sigue una moda, que su vestimenta "expresa dolor, expresa lo injusto de la vida". Valeria Tornatore tiene 18 años y reniega del rótulo: "Mis papás se oponen. Preferirían que me vistiera toda de rosa. Yo no creo en las modas, en masificarse: nuestra filosofía es ser como queremos ser más allá de cómo nos mire el resto", dice. No son juntas en las que se debata: la política no figura en el listado de temas de conversación. Valeria desenfunda su celular palm y hace oir una versión mp3 de la banda "Lacrimógena". Y la música pesa. Y en seguida empieza un inventario entre lo que hasta recién era una masa: camina un "Emo", "una versión amariconada del punky", dice Ramiro Privato. Que se entienda: viene con pantalones chupin, remera apretada con letras rosas, gestos delicados y el pelo engominado contra un perfil. "Los emo son los que se visten de negro pero lloran", explica Ramiro. Cerca pero no tanto, está María, una "gotic lolita": copia de animé japonés, portaligas, corset negro, pollera mínima y cuadriculada, guantes negros de satén hasta los codos, anillo de fantasía. En otro cantero, charlan un grupo de ¿neopunks?. "Ellos son anarquistas, nosotros no tenemos un trasfondo político", "Aquellas no siguen una filosofía, se disfrazan para venir acá. Nosotros en cambio somos una subcultura dentro de la cultura general", acusa Ramiro el gótico. Y tiene su ficha técnica de contrastes: 17 años, escribe poesía, lee autores anónimos, uñas negras, ojos delineados, madre ultra creyente, va a estudiar ingeniería en sistemas. "Vestirse de negro y maquillarse de blanco es una forma de demostrar la pérdida de valores", opina Juan (22 años /colegio privado/ vive en Belgrano). Y de toda categoría se desprende una sub: como la de Tincho (21), sobretodo, un anillo que simula ser una garra, categoría "industrial, gótico electro dark". Ajá. Avanza la tarde y llegan los "visual": varones con polleras tubo, remeras con un hombro afuera, corset, ojos atravesados por rayas negras. Ellas, iguales, pero con faldas de tul y strass, rubias platino. Y entre tanto negro hay dos contrastes: las "alterna", remeras verdes, zapatos naranjas, pins en las mochilas, amantes del grupo Miranda!. Y los neonazis: pantalones camuflados, tiradores colgando. Una tribu urbana sí, pero unida por sus diferencias.

No hay comentarios: